La
reubicación de tres mil familias a los
Estados Unidos puede ser un programa dentro de la ley pero con potenciales efectos psicológicos desastrosos
en la población
(JOPD 11/8/2017)
Esta mañana desperté con la
noticia de que unas 3,000 familias Puertorriqueñas van a ser transportadas a
los estados de Florida y Nueva York. Tuve reacciones opuestas. La primera, la
cual descarté inmediatamente fue el movimiento de judíos a los campos de concentración
en la 2daa guerra mundial. La segunda reacción, la cual comparto con ustedes en
este breve escrito tiene que ver con el
danos emocionales a largo plazo en los migrantes.
La literatura científica sobre
el mismo experimento con sobrevivientes del huracan Katrina indica una cantidad
de estresores en los migrantes de Luisiana a Nueva Jersey y Tejas. Muchas de estas
personas nunca regresaron a Nueva Orleans, la incidencia de educación especial
en niños y niñas re-ubicadas por Katrina es mayor que la población general. En
los adulto el estres post trauma (PTSD) y otras secuelas a largo plazo están bien
documentadas.
Ahora bien hablemos de las
3,000 familias Puertorriqueñas: hablan un idioma diferente, nuestras relaciones
sociales son diferentes, estamos a vivir una vida donde la llamada “cortesía Puertorriqueña”
prevalece, vivimos en familias extendidas, la educación se lleva a cabo n Español,
y la parlanza publica es el “orgullo Boricua”.
De acuerdo a la prensa FEMA
va a desarrollar un plan para reubicar a estas familias. Me pregunto quien esta
pensando en las consecuencias de esta acción,
en un grupo de persona de un país
a otro, de una cultura a otra.
Quizás los planificadores
deben pensar en: (1) condiciones de vivienda, (2) quien toma la decisión de
donde desean mudarse, (3) han pensado del aislamiento social y psicológico, (4)
como van a cambiar los roles familiares (roles de adultos y de niños y niñas), la
incertidumbre—el mayor de los factores estresantes, (4) in impacto e la relación
entre la familia migrante y las instituciones que los reciben, (5) como
resuelven el estar atrapado en el ciclo migratorio.
La verdad que el Huracan María
a cambiado las cosas al revés. Ya en Puerto Rico se deben estar haciendo los
preparativos navideños, donde todos se preparan a recibir familiares y amigos
para celebrar el nacimiento de el niño Jesús. Ahora nos tenemos que preparar nosotros a recibir a las familias Puertorriqueñas
empujadas de su lar nativo por una decisión de FEMA.
Solamente nos queda orar por
aquellos que vamos a recibir, que podamos proveer un lugar en el establo, y que
esta decisión que parece ser horrible, nos traiga bienandanza en los meses por
venir.
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